Curiosidades de Bangladesh
De Bangladesh, poco se sabe. Eso no es novedad. En internet no hay información y la última guía de viajes que se escribió es del año 2012. Los medios no hablan ni lo mencionan, y los turistas trotamundos se olvidaron de su existencia. Posiblemente porque no hay mucho para ver. No hay grandes montañas ni paisajes paradisiacos. Nosotros decidimos aventurarnos. Ver que había del otro lado de la frontera ¿Puede ser verdad qué en un país no haya absolutamente nada para ver?
Si bien es cierto que Bangladesh no es un país fácil para viajar, no nos dejó de sorprender ni un solo día. Seguramente ustedes tampoco tienen mucha idea del país. Decidimos compartirles algunos detalles y curiosidades para acercarles la cultura y la forma de vida bengalí:
1. Pasión argentina
Por alguna extraña razón, no van turistas a Bangladesh. Cada vez que hay un occidental en la calle, todos se asombran y salen a ver de que se trata. Lo curioso es que cuando ese turista es de Argentina, todo se transforma.
No encontramos una explicación certera pero los bangladesíes aman Argentina y a su futbol. Maradona y Messi son los ídolos nacionales. Bueno, Ronaldinho también pero sólo después de Agüero.
Cada vez que conocían nuestra nacionalidad, las calles eran una fiesta. Pero las pasiones y los extremos no siempre son positivos. En medio del fervor blanquiceleste en época del mundial varios grupos de vecinos se enfrentaron (ya que algunos hinchaban por Brasil) y seis personas se suicidaron cuando Argentina perdió la final.
2. Restaurantes separados para hombres y mujeres
El 90% de la población bangladesí son musulmanes. Algunos más ortodoxos que otros. Debido a la ley islámica la mayoría de las mujeres usan velo o burka. Razón por la cual algunos de los restaurantes y cafeterías ofrecen un salón separado que es sólo para ellas. Allí las mujeres pueden quitarse el velo y comer tranquilas, sabiendo que ningún hombre las va a mirar. Por otro lado, no todos los hombres se sienten cómodos teniendo mujeres cerca por lo cual, esta parece ser la mejor manera de resolver las cuestiones de genero.
En nuestro caso, también tuvimos que adecuarnos a la costumbre local. Si bien no nos hicieron sentar separados siempre nos envían a una mesa apartada, dentro de una especie de habitación y corrían unas cortinas para que nadie nos vea comiendo.
3. Superpoblación
Hace un par de años, Bangladesh se ganó el titulo de ser el país más densamente poblado del mundo (si se cuentan países con una extensión considerable) con un promedio de 1.140 habitantes por km².
Y la superpoblación se ve y se siente en todo momento: en las calles, en los transportes públicos, en las boleterías de las estaciones de trenes, en los restaurantes y en los alojamientos (siempre están llenos).
Por su puesto, las condiciones no están dadas para albergan a tantos habitantes. Como suele pasar en esta parte del mundo, la superpoblación condiciona la forma de vida. Es así que las nociones de espacio y respeto se van perdiendo. Un asiento con capacidad para tres personas, alberga a diez y la una fila puede convertirse en una batalla campal si uno de defiende a rajatabla su lugar cerca de la ventanilla.
Tal es así, que nos toco viajar compartiendo el asiento con familias enteras o cargando bebes ajenos en los trayectos de tren.
Nosotros teníamos el asiento + ellos tenían el pibe = Bebé a upa durante todo el viaje.
¡Cosas que pasan!
4. Medio de transporte: humano
Bangladesh es un país al que el progreso no ha llegado. Muchos rutas nacionales aún son caminos de tierra y muchas acciones cotidianas se siguen haciendo a la vieja usanza. No nos referimos sólo al trabajo de la tierra y de los campos, sino también al transporte de mercaderías.
En Dhaka era constante ver pasar carretas cargadas de animales, cables, verduras o telas de algodón impulsadas simplemente por un tipo flaco y transpirado. También son curiosos los ricksha. Son triciclos impulsados por un hombre y sirven para transportar mercaderías o personas.
5. Hacete la tintura, con henna
Los hombres son coquetos y son pocos los que lucen sus canas sin pudor. La mayoría de los bangladesíes se hace la tintura. Pero no utilizan los métodos que habituamos en occidentes. Como tinte utilizan henna. Al principio queda de un tono castaño oscuro pero con los lavados comienza a aclararse y queda naranja.
La mayoría andan con el pelo y la barba color zanahorias. No importa lo ridículo, mejor naranja que canoso.
6. Hospitalidad por doquier
Podrán decir que no hay nada interesante para ver en Bangladesh, puede ser verdad. No hay grandes edificios ni preciosos atardeceres, pero lo que si hay son miles de millones de habitantes. Ese es el encanto del país.
En pueblo bengalí es uno de los más hospitalarios que conocimos. Respetuosos, sinceros y dispuestos a ayudarnos desinteresadamente. Más de un señor se emociono de vernos, y más de una mujer sonrió tímidamente bajo su burka.
Fueron muchos los que nos invitaron un té y quienes nos anotaron su número de teléfono “por las dudas, si necesitábamos algo”.
La mayoría de los medios se esfuerzan en humillar y denigrar al pueblo musulmán. Los bangladesíes, demostraron todo lo contrario. Curiosamente, uno de los pueblos más hospitalarios.
7. Dos Chá por favor
El Chá es la bebida nacional. Compite cabeza a cabeza con el chai indio. A diferencia del brebaje de India, el Chá no tiene massala ni semillas de cardamomo. Se trata de un poquito de té negro mezclado con mucha leche condesada y azúcar. Se sirve, solamente, media tacita. Más sería imposible, es demasiado dulce. Se toma a toda hora y en todo lugar. Como siempre, los más sabrosos son los que se consiguen en los puestitos callejeros.
8. ¿Dónde hay una farmacia?
No entendimos bien por qué y nadie supo explicarnos, pero en Bangladesh hay más farmacias que cualquier otro negocio.
Suelen estar una al lado de la hora, y en cien metros cuadrados llegamos a contar 12 farmacias distintas. Todas vendiendo los mismos medicamentos y abiertas al publico general. No sabemos si se trata de un pueblo hipocondriaco o de un rubro que realmente deja ganancias, pero si vienen a Bangladesh no se preocupen por los medicamentos. Seguro van a conseguir.
9. ¿Escupen sangre?
Al igual que a los indios, a los bangladesís les encanta mascar paan. Se trata de una nuez mezclada con tabaco y cal, y envueltas en hojas de Betel. Lo mascan a toda hora y en todo lugar. El problema es que luego de mascar durante un rato, el paan comienza a generar más saliva de la habitual. Esta se torna de un color rojizo y deben escupirla.
Las calles e inexistentes veredas se llenan de escupitajos. Ese no es el problema, sino que uno no sabe si trata de sangre, saliva o algún otro elemento asqueroso.
Además de los escupitajos, el consumo de paan deteriora los dientes y labios de quienes lo consumen. Cuan Dráculas asiáticos todos andan con los dientes rojos y carcomidos.
10. Orgullo nacional
En Bangladesh el mayor orgullo es Bangladesh. Su lengua, el bengalí, fue el motor de su independencia de Pakistán. El país no tiene más de cuarenta años pero el nacionalismo caló hondo.
No conocimos una sola persona que no sienta orgullosa y enamorada de su tierra. Y eso, es un valor muy lindo y poco habitual. Defienden sus fronteras, su cultura y sus derechos. Lo único que no entienden es por qué no van los turistas.
Mitos y curiosidades sobre Rusia
Si hay algo que sobra en este mundo son prejuicios. Los hay de todos los colores, todas las culturas y todas las religiones. Rusia no es la excepción.
Los medios de comunicación dominantes se encargaron de trillar la cultura y las políticas del país. En Europa sobran remeras con burlas a Putin y todos nos advirtieron del riesgo que corríamos al adentrarnos en tierras que supieron ser soviéticas.
Lo cierto es que Rusia nos encantó y nos pareció uno de los países más hospitalarios que visitamos. Cómo sabemos que tiene muy mala prensa decidimos compartirles algunos mitos y curiosidades para que ustedes también puedan amigarse con esa imagen que los yanquis tanto nos instalaron:
Mitos:
- Los rusos son malos.
Desde que llegamos a Europa escuchamos cientos de veces el mismo discurso: “Los rusos son malos”, “Rusia es muy peligrosa”. Nos hablaron de la burocracia de la frontera, de los tanques que tienen ocultos en Kaliningrado, de los controles de la policía. O tuvimos mucha suerte o la imagen de Rusia está muy mal formada, pero en los dos meses que estuvimos cruzando el país nada de esto ocurrió.
Lejos de ser criminales malignos los rusos nos parecieron muy predispuestos a darte una mano. Incluso con la barrera del idioma. De aburridos tampoco tienen nada:
- Los rusos no sonríen.
Otro mito que quedo rondando de la época de la KGB y de los espías secretos. Sonreír es común en Rusia. Más de una vez nos sonrió una “Babushka” (abuela) en el tren, un chico en un restaurant o un nene en una plaza. ¡Vamos los rusos son humanos, no extraterrestres!
- Los rusos se la pasan borrachos tomando vodka con escopetas, osos y balalaikas.
Eso nos daba miedo. Sobre todo a la hora de recorrer el país haciendo dedo (autostop). Pero no. En Rusia está penalizado conducir ebrio como, también, estarlo en la calle. Los pocos borrachos que vimos eran o vagabundos o personas muy mayores. En ningún momento sentimos miedo.
- La plaza roja en Moscú se llama así por los soviéticos.
Eso creíamos pero no. Que la Plaza Roja de Moscú se llame así no tiene que ver ni con los soviéticos ni con las paredes del Kremlin pintadas en ese color. Creímos que el nombre venia de los desfiles de las tropas, de la presencia de Stalin o del mausoleo de Lenin.
Para nombrar el color rojo se utiliza la misma palabra que para el adjetivo hermoso. En realidad, no es Plaza Roja sino Plaza Hermosa
- Los rusos no hablan inglés.
Nos habían dicho que nadie, absolutamente nadie, en el país habla inglés. Que ni en los hostels u hoteles hablaban otra cosa que no sea ruso. Sí bien es cierto que no todos hablan dos o más idiomas son bastante los jóvenes que hablan inglés. Igualmente, siempre es bueno viajar a Rusia con un diccionario sobre todo si no se va a salir de las ciudades más turísticas.
- Los rusos no sufren el frío.
Mentira. Los rusos son friolentos. No les gusta para nada su invierno que oscina entre los -40/-20 grados al sol. ¿Cómo lo combaten? Mucha ropa térmica, un shot de vodka a la mañana y yéndose de vacaciones a zonas más cálidas.
Tanto las calles cómo las casas están preparadas para el invierno. Sistemas de calefacción, dobles puertas y ventanas, métodos varios para que el agua corriente no se congele y para que la nieve no bloquee las calles.
Curiosidades:
- Natalia Oreiro.
En la mayoría de los países que visitamos decir que somos de Argentina viene seguido de la dupla “Messi – Maradona”. Sorprendentemente en Rusia decir Argentina venía seguido de Natalia Oreiro. Las rusas la aman y siguen viendo sus novelas con fanatismo adolescente.Viaja a Rusia todos los años para hacer recitales y parece que sigue siendo furor.
Más de una vez alguna cajera de supermercado nos cantó “Cambio dolor” con acento ruso. Lamentablemente les pinchamos el globo al decirles que ella es uruguaya y no argentina.
- Argentina – Jamaica.
Más de una vez nos pasó de subirnos a un auto y que el conductor automáticamente busque su playlist y comience a sonar esta canción:
Argentina 5 – Jamaica 0. Hace mención a un partido del mundial ’98. La canción es conocida en todo el país. Es de un grupo regaae ruso. Y dice algo así como que lástima, Argentina 5 – Jamaica 0.
- Empresas yanquis en cirílico.
El capitalismo llegó a Rusia: Mc Donald’s, Burger King y Subway están en todas las grades ciudades. Lo curioso: el nombre de cada una de estás empresas está en cirílico. Si nos invaden que al menos respeten el idioma, ¿no?
- Los rusos se visten con los colores de Rusia.
Los rusos son nacionalista. Amán a la madre rusa y se emocionan hablando de sus conquistas y proezas. El fanatismo no sólo se vive con el corazón sino que se lleva en la ropa.
Los domingos todos se visten con equipos de gimnasia y ropa deportiva con los colores nacionales.
- La ensalada rusa.
En Argentina es muy común preparar ensalada rusa para navidad o año nuevo. La ensalada consiste en papas hervidas, zanahoria, arvejas, mayonesa. Se le puede agregar huevo duro, pollo o pedacitos de jamón.
Teníamos duda acerca el por qué del nombre. Lo que no sospechábamos era que los rusos comían ensalada rusa pero que la llamen ensalada francesa.
Más curioso: en Rusia conocimos un francés y nos dijo que en Francia esa misma ensalada se llama ensalada piamontesa.
- Las rusas son muy coquetas
Imaginábamos a las rusas con un pañuelos atado en la cabeza, bigotes, olor a humo y cejas estilo Frida Kahlo. Pero no. Las rusas (en su mayoría altas y rubias) son de lo más coquetas. Maquillaje, tacos y ropa entallada. Pero la coquetería no sólo es al andar sino que no hay foto que se saquen sin arreglarse el pelo y posar cómo si fuera para la revista Cosmopolita.
Si aún les quedan dudas, les dejamos este video para que vean que son personas como en cualquier otra parte del mundo:
Sadhus: Los renunciantes hinduistas
Seguramente, más de una vez, habrás visto la imagen de algún hombre barbudo y con rastas que anda semidesnudo caminando por las calles de India. Suelen ir acompañados de su tridente y de una canasta metálica. También habrás notado que llevan la frente (o incluso todo el cuerpo) cubierto de pintura.
Sea en foto, algún video de Discovery Channel o en las mismas calles de Varanasi alguna vez habrás notado la presencia de un Sadhu.
Para el hinduismo hay cuatro fases de la vida de todo hombre: estudiar (brahmachari), ser padre (grijasta), jubilarse (vanaprastha), y por último la renuncia (saniasi). Esta última es la etapa en la que se encuentran los sadhus, mendigos y vagabundos religiosos. Son personas sagradas que persiguen la iluminación. Desposeídos de casi cualquier pertenencia, se mueven por toda India. Dedican la mayor parte de su tiempo a la meditación y a las prácticas yóguicas.
Pero tal es así que ser sadhu está reconocido por el Estado indio y por toda la sociedad. Son venerados y respetados. La gente se encarga de mantenerlos donándole alimentos y plata. A su vez, el Estado les garantiza la libre peregrinación por el país: pueden viajar en tren gratis.
Nosotros, en un primer momento los veíamos como vagabundos o linyeras. Claro, nuestra mentalidad occidental empañada de materialismo y racionalidad no entendía el concepto de entregarse a la vida espiritual. Tampoco entendíamos porque nos pedían cigarrillos, marihuana o plata desmesuradamente.
Se calcula que hay entre 5 y 10 millones de Sadhus en India. Los mismos tienen como objetivo peregrinar entre las 7 ciudades sagradas del hinduismo. Se los suele encontrar durmiendo en las calles de las grandes ciudades y en zonas naturales como rios y montañas sagradas. Hay varias ramas o agrupaciones dentro de los sadhus. La marca que llevan en su frente indican a que grupo o Dios respetan. Los aghoris forman la rama más extrema siendo famosos por su tributo a la muerte, se dice que son de caníbales. Suelen vivir en las inmediaciónes de los ghats de cremaciones. Se los reconoce por ir cubiertos de cenizas humanas.
Tan sólo un 10% de ellos son mujeres, llamadas sadhvis, quienes se hacen renunciantes después de enviudar, escapando al destierro que supone ser viuda.
No pises al rey
Sabíamos que Tailandia tenía un rey, pero no sabíamos de la importancia y devoción social hasta que pasamos nuestros primeros días en la ciudad de Bangkok. Lo primero que nos llamo la atención fue que cada 2 o 3 metros había una imagen del rey (o de algún miembro de la familia real): Sea una fotografía en la calle encuadrada y rodeada de flores, sea en un templo, sea en un casa de familia o en un restaurant. Imágenes del rey por todos lados, mostrándolo en el trono, sacando fotos o cosechando arroz. Y no solo lo veíamos en la calle, sino también en las monedas y en todos los billetes. Así fue que nos empezamos a interesas por este curioso personaje.

La imagen del rey y la reina en un templo

Rama IX
El rey Bhumibol Adulyadej, de 83 años, es también conocido como Rama IX y ocupa su cargo monárquico desde 1946 (Si, casi 67 años). El rey no solo se ocupa de las cuestiones políticas, sino que la familia real se considera parte de la historia del budismo en Tailandia. Quizá por eso se trata al rey como una divinidad viviente.
Algunas curiosidades de Tailandia: El amarillo es el color de la realeza y los lunes es obligatorio vestir de ese color. En el cine se proyecta antes de cada película un fragmento con imágenes de la familia real y es obligatorio ponerse de pie para rendir culto. Y como si fuera poco, todos los días a las 18 horas suena la canción real donde es necesario dejar de hacer lo que se estaba haciendo para ponerse de pie en señal de respeto.

Bandera de Tailandia y bandera de la familia real
Tailandia debate políticamente su futuro. El rey esta enfermo hace varios años y hay quienes se atreven a hablar del fin de la familia real. Pero lo cierto es que la imagen del rey esta muy arraigada en el corazón de la mayoría de los tailandeses. Muchos le siguen demostrando su cariño, lealtad y agradecimiento por todas sus compromisos sociales. A otros, la figura del rey no les agrada tanto…
En fin, si visitas Tailandia no te olvides de respetar al rey, y eso si ¡No pises ni una moneda ni un billete porque podes llegar a ir preso; Ya que vas a estar pisando su cara! En Tailandia los delitos de lesa «majestad» salen caros.

Prohibido pisar
Esvástica: El significado para el Hinduismo
Dado el uso que le ha dado el nacionalsocialismo alemán, la esvástica en occidente está relacionada con el nazismo. Sin embargo se puede ver en la India por todos lados. En los templos, en las casas, en los negocios, incluso a veces dibujada en la gente.
Para el hinduismo tiene un significado sagrado. La esvástica representa al sol y su energía radiante. Cuando está en el sentido horario representa la energía creativa, y en el sentido antihorario su involución.
Ver la cruz esvástica en India nos sirvió para pensar como cargamos de sentido determinados objetos, y el trabajo que nos toma desprejuiciarnos para encontrarnos con su sentido originario. La cultura hindú le recrimina al régimen nazi el mal uso que hizo de su símbolo sagrado.

Con el rio Ganges de fondo.